Una breve carta para los futuros padres
(A Giselle y Alejandro, Mary y José Gregorio, Erika y Jhonny y todos los embarazados primerizos, ahora y siempre)
Primero que todo, hay que darles la bienvenida al fascinante, estresante, amenazante, agotador, aterrorizante, desvelador, estresante (ya lo dije, no?), que te obliga a rehacer tu vida, a comer a la hora que se pueda, a bañarte cuando la bebé duerme, a sufrir si se enferma, a gastar mas plata de la que te imaginas, a salir a medianoche en busca de un remedio o pañales, un poco frustrante porque no sabes si realmente lo haces bien o no sabes qué le pasa al bebé, desafiante, trabajoso, difícil, dificilísimo, inquietante, preocupante pero sobre todo eso, maravilloso mundo de ser padres por vez primera.
No se preocupen mucho por todos esos adjetivos que acaban de leer, en realidad me quedo corto, pero una sonrisa del bebé pagará todo con creces.
No somos las personas con más experiencia, pero queremos compartir un par de comentarios respecto al embarazo, al nacimiento y al primer año de un bebé, desde el punto de vista de unos padres primerizos, tan primerizos como asustados, como me imagino que se sentirán ustedes.
El embarazo pasa por tres etapas, nos pasó a nosotros y le ha pasado a otras parejas. No estoy seguro si es una norma, pero ustedes podrían ayudar a dilucidar eso. Al principio, hay un poco de susto y emoción, pero mientras no se note mucho, uno realmente no se siente tan identificado con el embarazo, y aquí hablo mas por los hombres que por las chicas. En general, uno no pasa de ser un simple apoyo a la embarazada, porque realmente no puede hacer mucho mas. La barriga la lleva ella, el bebé está dentro de la madre, los antojos y los malestares los sufre ella, y uno lo único que puede hacer es estar ahí mirando todo con cara de asustado e ignaro tratando de entender qué siente ella en su interior.
Bueno, malas noticias (o buenas, depende de cómo se mire): No se puede saber! Y eso es bueno que lo sepan los hombres y las mujeres por igual, así no nos mata ni la curiosidad ni la envidia y a ellas no las mata el rencor ni las ganas de que uno sufra eso.
La primera etapa es un poco tranquila, la pareja va al medico, ve los ecos y le cree al medico porque realmente no se ve mucho, y lo poco que se ve no se entiende bien. Uno se preocupa mas por el cuarto de la casa que te van a quitar, por cuáles cosas habrá que comprar en el futuro y como vas a hacer para traerte todo lo que te imaginas en el avión desde Estados Unidos o Panamá, o por el courier de tu preferencia que no te salga tan caro y te alcancen los dólares de Cadivi. Como hombre te preocupa que ya no te vas a comprar el televisorzote que querías ni la nueva PlayStation3. Los primeros meses, a veces, son un calvario para ella por los mareos y lo vómitos, pero hay chicas que no sufren de nada de eso, y lo mas triste es que la ciencia aún no logra dilucidar porqué algunas si y otras no. Nuestros mejores deseos para que no sufran de esas cosas… La mayor complicación de esta etapa es la gente alrededor…
Es en los primeros meses cuándo todo el mundo tiene opinión respecto al sexo del bebé. En general no hay muchas opciones, pero todo el mundo intenta adivinar. La manera que camina la futura madre, dónde y cómo se sienta, cómo toma un pañuelo, la forma de la barriga, el aspecto de la cara y el cabello y mil cosas mas sirven para ‘adivinar’ si la chica tendrá niña o niño. Por supuesto, como las estadísticas no son tan malas en estos casos, la mitad de la gente le acierta, y los comentarios de “yo sabía, yo sabía” no se harán esperar. Paciencia, nadie está libre de eso, todas las parejas en la dulce espera pasan por esa etapa donde familiares, vecinas, amigas y cualquiera que se sienta con derecho opinará. Nuevamente, paciencia es lo único que se puede recetar.
Otra fija de esta etapa, a medida que los conocidos se van enterando del embarazo, es el ya clásico consejo de “duerman mucho”, el cual es en si mismo un absurdo de los grandes. No les servirá de nada dormir mucho, a nosotros no nos sirvió, como no le ha servido de nada a ninguna pareja embarazada… La realidad es distinta a eso. Hay que establecer una cosa clave: el sueño no se acumula! Con eso en mente, es sencillo ver que no sirve de nada dormir mucho durante el embarazo, de todas maneras te vas a trasnochar y a dormir poco después cuando nazca el bebé. La única explicación medio válida me la dijeron cuando nosotros estábamos embarazados. Cuando pregunté “para qué, si no se acumula?” me respondieron: ”… para que recuerdes la sensación”…
Si quieren un buen consejo de sueño, empiecen a dormir poco, a acostarse tarde y a pararse antes de las cinco o seis de la mañana todos los días, incluso los sábados, domingos, feriados y lunes bancarios, pongan el despertador a 1 hora después que se acuesten, pero pónganlo en la sala o en la cocina, de manera que se tengan que levantar de la cama y caminar para apagarlo. Ese si sería un buen entrenamiento. Lo de dormir mucho, de todas maneras ella lo va a hacer hacia el final del embarazo, por lo general la pancita da sueño.
A medida que crece la pancita, viene una etapa de mayor preocupación. Es un hecho que el estudio de la casa se convertirá en cuarto de bebé y ya no tendrás donde poner la computadora, los libros ni los Cds. Como ya se sabe el sexo del bebé, la preocupación de la gente se vierte en cuáles cosas necesitará el futuro hijo(a): pañales, teteros, monitor, cuna, muebles, ropita, juguetes, comida, pintura para el cuarto, decoración en general y una larguísima lista de etcéteras empiezan a a llenar las conversaciones de todos los días. Peor si entre su círculo de amistades/familia/trabajo hay mas de una madre/padre con cierta experiencia (inclúyome en ese grupo). Todo el mundo tiene ahora amplia experiencia y quiere compartirla. Hasta aquí y sin notar que pasaron por lo mismo, nadie parece darse cuenta de que no hay dos bebés iguales de la misma forma que no hay dos familias iguales, así que los consejos y experiencias de uno no le sirven a otros, pero la gente sigue en eso.
La última parte es mas estresante, la barriga está grande, se acerca el día y todo parece estar atrasado, no han llegado los muebles, el cuarto no está pintado del color bebé y nadie sabe donde encontrar la lámpara que haga juego con la decoración. Los equipos para los primeros meses vienen en camino y hay que probarlos y aprender a usarlos, el monitor (recomendamos el AngelCare), los teteros y toda su parafernalia (Dr Brown), y la bomba sacaleche porque suponemos que amamantarán al bebé (Medela). Todo eso ya debería estar a punto. Por otra parte, empieza la selección de la clínica y la fecha en caso de cesárea, los recuerditos para los que vayan a ver el bebé a la clínica, si habrá brindis o no, a quién de la familia se le avisará, las vacaciones para el padre y los permisos para la madre, el trámite del seguro y un montón de detalles pequeños pero estresantes.
Como Nota Legal al margen, la legislación venezolana establece 15 días continuos libres para el padre cuando nace un bebé. Así mismo la ley otorga un día al mes a los progenitores para llevar al bebé a control pediátrico. No se pelen ninguna de esas opciones, es la ley!
Finalmente llega el día del nacimiento y es el mejor día del mundo. Empieza temprano, con una noche de poco dormir y se extiende hasta altas horas de la noche. Como si fuera una boda, los protagonistas, padre y madre, son los que menos disfrutan. La madre agotada por el parto y el padre de farmacia en farmacia o de restaurante en restaurante o buscando algo en la tienda o pagando algo en administración, en fin… no es fácil. Pero todo vale la pena, los últimos nueve meses y el día del nacimiento, por ver nacer a tu bebé. Ese preciso minuto en que sale al mundo te das cuenta de que eres “padre”, por lo general la madre tiene ese sentimiento durante el embarazo, pero uno, como hombre, lo recibe en ese preciso instante. Y vale la pena. Créanme que si vale la pena.
Ese día pasarán el tiempo saludando a los visitantes, viendo como el bebé pasa de brazo en brazo, recibiendo ropita nueva para el recién llegado y flores, que al final las enfermeras suelen sacar al pasillo porque molestan a la madre y al bebé, dándole comida al bebé y viendo como duerme, porque eso es lo único que parece hacer el recién nacido, dormir.
Ahora empieza lo bueno.
Ahora, cuando ya están de regreso en casita, con un miembro mas en la familia, luego que las abuelas fueron y ‘enseñaron’ a cambiar pañales, que ya saben amamantar al bebé, que se dan cuenta que compraron ropa muy pequeña, que no tiene suficientes bodies, o que los que tiene son muy grandes, ahora es cuando comienza el verdadero reto, criar a un bebé. Porque antes era sencillo, nada mas estaba en la pancita de mamá, pero ahora salió al mundo y necesita cuidado… y mucho.
Los primeros días todo parece complicado, a pesar de que el bebé duerme la mayor parte del tiempo, hay cosas que no se ven sencillas. Bañar a un bebé recién nacido, todavía con el ombligo colgando es inquietante, cambiar pañales a una criatura de 3 ó 4 kilos (menos en algunos casos) que es sumamente frágil y que chilla en vez de llorar no es tan fácil como te dijeron. En fin, es una época que se duerme poco a pesar de que estás cansado, que comes a cualquier hora y el resto del mundo te importa poco, incluso si vives en Venezuela.
Es un buen momento para hacer una buena recomendación, a nosotros nos sirvió muchísimo. En Caracas hay Centros de Lactancia, como Leche y Miel, es muy útil asistir a esos centros, incluso tomar los cursos para embarazadas como el de Embarazarte, porque enseñan mucho y calman a los padres. En nuestra primera cita en Leche y Miel, nos hablaron de todo y nos enseñaron muchas cosas. Creo que la frase que mejor describe esa sensación la dijo Ingrid al salir de esa primera cita, sólo dijo: “Entramos con un adorno de cristal y salimos con una niña de verdad”. Las siguientes citas son incluso mejores que la primera. Recuerdo una en la que le llevamos a la doctora como 10 preguntas, preguntas que a cualquier mortal le pueden parecer irrelevantes o estúpidas, pero cuando eres padre primerizo, todo es motivo de preocupación. El hipo, estornudos, caquita, y muchas otras cosas son motivo de alarma. Pero en esa consulta todo fue aclarado, para nosotros fue prácticamente una revelación, una epifanía casi.
Pero esas primeras semanas van pasando, con el tiempo aprenden a manejar al bebé, ya saben cuál canción ponerle 15 ó 20 veces para que se duerma, ya salen con el bebé en la noche en el carro para que se duerma, algo de lo que probablemente se reían cuando escuchaban el cuento, ya sabes cambiar los pañales y se cayó el ombligo (eso tarda como 10 días nada mas). Es la época en que te cansas de hacerle morisquetas al bebé para que se ría, pero nada… hasta cierto día. Hasta un día en que lo(a) tienes en tus brazos, y sin que pase nada, a lo mejor le estás hablando o cantando, o simplemente paseándolo y de repente, de la nada, se voltea, te mira y te encuentra gracioso. Sonríe.
Si pensaban que los gastos fuertes estaban en el embarazo, prepárense para la verdad, eso era el prólogo a lo que será todo después, mas ropa, pañales, muchos pañales, algunos remedios, mas teteros, mas pañales, ahora de otra talla que ya perdió los primeros, el médico pediatra es todos los meses, vacunas, muchas vacunas de todo y para todo. La primera vez que vacunan al bebé, ves al doctor o a la enfermera clavarle la aguja en una piernita, el bracito o una nalguita, oyes el grito de protesta y pueden pasar dos cosas, que te provoque muchísimo meterle un coñazo a quien porta la aguja, o que te pongas a llorar con el bebé. Lo normal es que ambas sensaciones se mezclen. No se preocupen, es normal, ahora están cuidando a una criaturita indefensa que no sabe cuidarse sola.
Los primeros meses, si es amamantado(a), no hay tanto problema para salir, una ropita, unos pañalitos y ya, luego cuando llega el destete empiezan a crecer los problemas y los gastos. Teteros, fórmulas especiales, chupones, agua, empiezan los juguitos y las sopitas, así que hay que comprar comida extra y especial y prepararla de manera especial. Pasas todo el día lavando teteros y esterilizando cosas, porque un chupón que toca el suelo es casi un desecho radioactivo, debe pasar por todo el proceso de lavado y esterilización, así estén claros que no durará mas de 5 minutos en la boca el bebé, porque lo va a botar, increíblemente lo bota con mayor frecuencia cuando no está amarrado…
Y el llanto… ese es en si un tópico especial, como para ponerse a llorar. Al principio llora despacio y te manipula con eso, porque como padre primerizo, apenas el bebé emita un ruido ya se van a preocupar. Cuando llora es peor. Pero a la larga entiendes que te está manipulando y empiezas a dejar pasar algunos de sus llantos. Pero el bebé es mas listo que un padre primerizo. En ese instante empieza a llorar mas duro, y se repite el ciclo, cuando te acostumbras otra vez, él empieza a gritar y nuevamente arranca el ciclo. La última fase es la mas preocupante, llora con lágrimas y ahí si que te preocupas de verdad verdad. Pero es otra etapa de manipulación a la cual no puedes escapar.
Pero sigue creciendo, y los padres empiezan a añorar los días en que el bebé dormía mucho. Ahora pasa mas tiempo despierto, en especial por las noches. Y como la misión de ustedes es cuidarlo, van a estar despiertos también. Si, yo se que algunos dirán que es falta de coordinación, que los padres deberían ponerse de acuerdo y mientras uno duerme, el otro atiende al bebé por la noche, pero es mentira. A veces Ingrid se quedaba acostada cuando escuchábamos llorar a Ana, yo me levantaba, le cambiaba pañales y le daba tetero y la volvía a dormir, pero en ese rato, que podía ser de una hora mas o menos, Ingrid no dormía, estaba pendiente de la bebé. A veces se levantaba a ayudar. A mi me pasaba lo mismo (la mayoría de las veces). No dormía por estar pendiente de la bebé y de la madre. Así que eso de coordinar las dormidas no es práctico porque de todas maneras no vas a dormir.
Y sigue creciendo, ya se ríe y juega mucho. Ya reconoce a ambos padres y reconoce su nombre, que es parte importante de la vida de todas las personas. Ya se sienta y come mas cosas, bueno, en la mayoría de los casos, porque hay niños (especialmente una niña) que comen lo que le provoca cuando le provoca, y si hoy le gustó cierta sopita, puede que luego no le guste para nada… así son los niños.
Ya cerca del año empiezan las dos cosas de mayor importancia en la vida de cualquier humano. Es en ese momento cuando el bebé deja de ser un ser irracional inmóvil para que ustedes, como padres, sientan que tiene futuro para convertirse en persona. El bebé empieza a desplazarse y a hablar, no importa el orden pero ambas cosas pasarán entre los nueve y los doce meses de vida.
Y ahí empiezan otras preocupaciones, todo lo que esté al alcance de sus manitos torpes pero curiosas deberá subirse por lo menos medio metro de su altura habitual, o como suele pasar, ocultarse hasta que el bebé cumpla una edad en que aprenda a cuidar los adornitos, digamos como unos 23 o 24 años. Cuando gatea, se para y empieza a dar sus primeros pasos, todo lo que esté a nivel de sus manos será agarrado, revisado, olido y finalmente puesto en la boca para ser chupado. Aquí los procesos de esterilización de los chupones dejan de ser efectivos. Cualquier cosa que esté en el piso es proclive de ser chupado: juguetes, lápices, monedas, mugre, bichos, la cola del perrito, en fin, la lista puede perderse en la imaginación. Y aquí resulta inevitable que en algún momento algo le haga mal. Por lo general la desesperación y el susto de los padres es mucho mayor que el daño que pueda sufrir la criatura por probar sus dientes en estreno, o sus encías.
También, cuando empiezan a gatear y a dar pasitos, la posición de los padres cambia radicalmente. Antes caminabas erguido, empujando el coche o con el bebé en brazos, pero ahora estás agachado, medio jorobado, con los brazos abiertos rodeando al bebé para evitar que se golpee si se cae. Como es de esperar, bajo las rígidas leyes naturales murphyianas, el bebé se va a caer y a golpear contra el piso o algún mueble, justo en el instante en que no lo estás protegiendo. Del resto, el bebé hasta sube y baja escaleras corriendo, baila ballet en la ventana y corre
Decía que también es el momento en que empiezan a hablar, palabras extrañas, que suenan como “agua” o “mamá” son interpretadas libremente por los progenitores que ante cualquier ocurrencia de su retoño juran que su hijo es un elemento enviado por los dioses para iluminar con su magna inteligencia el camino de los simples mortales. O sea, que “mi niña si es inteligente, ya dice agua, mamá y tete”, o cosas por el estilo. Pero es que somos padres primerizos, y cualquier cosa es nueva y cualquier cosa es inmensa ante nuestros ojos. Así lo será para ustedes, estoy seguro.
De aquí ya están los niños cerca del primer aniversario de ver la luz del mundo (de la clínica realmente), pero eso se los contaré el mes que viene, cuando nuestra adoración, Ana Valentina, cumpla su primer añito. Lo único que me resta es terminar esta breve carta (que salió mas larga que breve) con una frase o cita célebre. He buscado muchas opciones, he leído y revisado, pero creo que la mejor frase que se le puede aplicar a un padre primerizo la escribió Fito Páez hace muchísimos años, en un contexto completamente diferente, bajo un concepto de vida totalmente ajeno a un bebé: “su vida no era mas su vida, pero eso estaba OK”
Saludos
Ingrid y Alv