Confirmado, es niña!

Hasta hace muy poco, todas las consultas prenatales las veníamos haciendo con el Dr. Andrés Mazzei, un médico, a mi parecer, muy bueno, que nos había recomendado mi hermana ya que le había atendido un par de embarazos de unos sobrinitos medio loquitos que tengo yo.

Realmente nunca hemos tenido ningún problema, siempre nos atiende bien aunque un poco acelerado por el trabajo y sus ocupaciones, pero siempre bien, responde nuestras dudas y da algunos consejos. Hasta aquí todo bien. Pero sucede y acontece, que la Flaca, si bien cree en el Dr. no se siente cien por ciento cómoda con él, sobre todo porque sabe de experiencias de otras embarazadas, que sus doctores o doctoras les dedican mas tiempo, y van mucho mas allá del examen del bebé, como puede ser recomendaciones de cremitas y dieta para que se sienta mejor, para evitar estrías y todo eso.

Ya van viendo por donde viene todo esto, no?

Resulta, que en una reciente reunión de condominio, me entero que una vecina es gineco-obstetra, vive en el edificio de al lado y atiende por allá por los Altos Mirandinos. Ingrid, quería verse con una doctora para que le revisara, no sólo a la bebé, sino también a ella, incluso en la parte estética, lo ya mencionado: estrías, como alimentarse, qué comidas evitar para subir de peso y esas cosas, que si cuentan y son importantes en el embarazo de una mujer.

Pues bien, conseguimos una cita y el miércoles en la tarde fuimos a su consulta. Inicialmente iba a ser simplemente una “segunda opinión”, y de entrada le hizo a la Flaca un examen minucioso, no sólo de la bebita, sino completo, de la bebé y de ella. Se tomó todo el tiempo que consideró necesario, de hecho estuvimos mas de una hora en la consulta (con Andrés no pasábamos de 20 minutos). Le hizo un nuevo eco y tomó medidas de fémur y cabeza, midió otras cosas y revisó hasta el cordón umbilical. Por si fuera poco le contó los deditos de las manos y trató de verle la arita, pero estaba un poquito oculta la niña. Para confirmar lo que ya nos había dicho Mazzei, investigó y confirmó lo dicho, es una niña, una niñota, de hecho le tomó fotos a la evidencia. Finalmente le mando a hacer otros exámenes y le recetó una crema para la barriguita (ecerin creo que se llama).

Con el reporte del eco, las medidas tomadas y las tablas biométricas fetales, se puede estimar, con cierto grado de certidumbre, el pesó de la bebita, y los cálculos dieron que pesaba mas o menos 679 g, por encima del percentil 97 para la semana 22 del embarazo. Para esa fecha, un bebé normal promedio pesa unos 590 g, así que tenemos una niña grande, grandísima, aunque muy normal, lo que pasa es que tiene unos padres altos y esbeltos, así que es difícil que nazca pequeña.

En fin, ya hoy llevamos 22 semanas y 4 días de embarazo, ya estamos en plena segunda mitad y la pancita de la flaquita va creciendo día a día. Las tías y tíos, abuelos y demás familiares y amigos ya empezaron a hacer regalos, y esperamos que sigan así para no tener que comprar nada, ni pañales siquiera.


Por ahora, lo más difícil que tenemos en nuestro futuro inmediato, es decirle a Mazzei que no vamos a continuar en consulta con él, aunque como buen médico, debería estar de acuerdo sin ningún problema porque también quiere lo mejor para las niñas, la bebé y la madre.

Debo las fotos del eco y las pondré pronto. Nuestra próxima cita es el 28 de mayo y ya veremos nuevamente a la niña, que por cierto parece que el nombre dicho anteriormente, Ana Valentina, aunque suene a telenovela, se va a quedar. Nos estamos acostumbrando ya, de todas maneras es ella quien lo va a sufrir, nosotros, mas allá de alguna protesta en su adolescencia no tendremos inconvenientes.

Saludos

Alv, Ingrid, la bebita y Noopy

PD: La foto de Noopy manejando no tiene nada que ver, pero me gustó, y como es mi blog, la pongo donde quiera